El mundo tiene hambre

La carencia de alimentos es para el ser humano uno de los mayores males. Bien es sabido que la peor parte se la llevan las personas que se encuentran en el denominado “Tercer mundo”.

 

Pero el hambre no solamente se limita al cuerpo físico. También existe otras hambres acalladas por nuestro mundo, y que al final, como la hambruna física, destruye y mina al ser humano. Una  parte de la humanidad pasa hambre voluntariamente para adherirse a la moda de las figuras estilizadas; personas que a pesar de sobrarle el dinero parece que se estén muriendo de hambre. Todo por un cuerpo “a la moda. Otra hambre es el hambre Energética. La causa principal del hambre energética es el dinero. Hay una auténtica hambre energética, enfocada en el dinero que no tenemos, que se traduce en cansancio, desánimo, fatiga, en un arrastrarse día a día en medio de un presente poco alentador o ante el fantasma de un futuro sin muchas esperanzas.. Otra hambre es El hambre sentimental que se llama soledad. No es la soledad física, sino aquella otra interior que hace morir por no encontrar amor, aprecio a su alrededor, horizonte en su vida. Hay tristes esqueletos de solitarios: los niños abandonados y maltratados, los ancianos que nadie quiere tener en su casa, los enfermos insoportables... 

 

El hambre intelectual. Hace mucho que no existen ideas sanas, eternas, que ilusione y haga aspirar a la persona a sus mejores valores, a compartir, a humanizar…. El mercado sólo ofrece planes y proyectos, de entretenimientos, que apaga momentáneamente la sed de crecimiento, de sentido de la vida. Esta hambre no se soluciona con comida, objetos de lujo,etc., sino con el pensamiento, la reflexión…